Cuando llegan los Reyes, los cumpleaños o los santos, no sabemos qué regalar a ciertas personas. Porque tenemos tantas cosas que, a estas alturas de la evolución, es imposible pensar que alguien no tenga todo lo necesario y que no vayas a repetir cuando le compras algún regalo.
Yo misma, de hecho, cuando tengo que hacerle un regalo a alguien y no sé qué regalarle, hablo con una persona de confianza de su entorno y le pregunto: “¿Le hace falta algo? Es que no sé qué regalarle…”.
Hoy, vamos a darte algunas ideas para regalar a los más pequeños.
El gran dilema de los berrinches: ¿hacerles caso o no?
Todos tenemos de todo, y eso es indiscutible. Si entras en cualquier casa de España, vas a descubrir que, al menos, el 90% de las de las familias tienen tabletas, ordenadores, consolas, juguetes, ropa… Y es que, si queremos algo, basta con un golpe de billetera o de tarjeta para que lo tengamos en el acto.
Esto hace que no tengamos el elemento paciencia y saber esperar, dos elementos clave en la educación de cualquier niño.
Piensa en esto: si, cuando un niño tiene un berrinche porque quiere ese cochecito rojo de la estantería de la tienda, automáticamente se lo damos para que deje de quejarse (o porque la mujer que está enfrente nos mira como si estuviésemos maltratando al niño), le estamos enseñando a esa criatura a que, si llora y patalea, va a conseguir lo que quiera.
Como técnico superior en educación infantil, te aconsejo que no hagas esto.
Las personas tenemos mucha vergüenza al qué dirán y a las malas caras, sobre todo en una época de la historia en la que los derechos de los más pequeños están tan exageradamente atendidos. No me malinterpretes, los niños han de estar siempre protegidos (y no solo los niños, sino todos los seres vivos, independientemente de su edad, sexo… o especie)… pero, con la evolución de esa protección estos últimos años, se nos ha quitado la potestad de reñirles en público, darles una pequeña cachetada en el culo o, ni tan siquiera, decirles “NO” cuando lo merecen.
Tú mismo habrás sido testigo de esto, por ejemplo, en los grandes supermercados. Y si no, te lo cuento.
A veces, una madre va a comprar con sus hijos más pequeños porque no tienen con quién dejarlos. Y los niños de tan corta edad necesitan limitaciones para orientarlos y ayudarles a controlar y gestionar sus emociones.
Cuando un niño pequeño tiene un berrinche en el super porque quiere un zumo (y la madre le dicho que no porque ya hay en casa), empieza el desastre: el niño se tira al suelo, se pone rojo, empieza a gritar, a llorar, a tirar cosas… Y es aquí donde empieza realmente el verdadero problema.
¿Por qué? Porque solo hay dos formas de reaccionar: o le das lo que quieres, o no
Y esto puede originar dos reacciones totalmente opuestas con sus consecuencias, tanto en el niño como en los adultos que te rodean:
-Si NO le haces caso, la pataleta aumenta en nivel y fuerza. Los gritos del chiquillo cogen más fuerza, se pone más rojo, llora más… y puede, incluso, llegar a pegarle a la madre. Esto deriva en:
El niño aprende a que, con ese método, no consigue lo que quiere. En consecuencia, estas pataletas irán disminuyendo con el tiempo hasta hacerse inexistentes. Aprenderá a pedir las cosas de otras formas y, lo más importante… tener paciencia y esperar a conseguir las cosas en el momento preciso.
Este elemento es importantísimo para la evolución de su personalidad, porque una persona que aprenda a compararse así no tendrá problemas en la integración de la sociedad, que es de lo que se trata.
Porque, al final, lo que importa es que tengamos a personas integradas en la sociedad que sepan respetar, que sean empáticos y que sepan escuchar. Por lo tanto, poner límites a los más pequeños es una realidad imprescindible para la sociedad.
Olvídate de cómo te miran las personas de tu alrededor. Porque los seres humanos, cuando ven a un niño llorar y patalear, suele pensar que lo está pasando mal. Y, si la madre no reacciona para aplacarlo (ya sea consolándole o comprándole lo que quiere) tiende a pensar que está siendo mala madre o que le está haciendo muchísimo daño. Olvídate de ellos y di NO más a menudo, ya verás cómo evoluciona la cosa.
Decir NO, nunca es malo si está justificado.
-Si LE haces caso, la pataleta aumenta en nivel y fuerza. Los gritos del chiquillo cogen más fuerza, se pone más rojo, llora más… y puede, incluso, llegar a pegarle a la madre. Esto deriva en:
¿Te imaginas a una persona que no ha aprendido a gestionar este tipo de cosas teniéndose que enfrentar a las largas colas del médico?
Un niño que crece aprendiendo que, si llora, grita, patalea y le pega a su madre consigue lo que quiere, va a tener ese aprendizaje bien grabado en su cerebro… y no hay nada más peligroso que darle a una persona ese poder sobre ti.
Este tipo de situaciones son las que derivan en adolescentes conflictivos que quieren las cosas YA y, cuando no las consiguen cuando ellos quieren, rompen cosas, pegan puñetazos a las paredes y exigen de muy malas maneras. ¿Has visto alguna vez “Hermano Mayor”? Ese tipo de cosas se consiguen cuando no limitas a los más pequeños y lo diriges como ha de dirigirse.
No solo hablamos de adolescentes: estas personas aprenden a conseguir las cosas a la fuerza, y pueden derivar, de adultos, en personas que ninguno querríamos que fuesen.
Por lo tanto, no temas decir NO y pon límites. Así evitarás este tipo de situaciones.
Una vez aprendido esto… y una vez el niño sabe gestionarse, ¿qué podemos regalarle?
¿Sabes qué son los juguetes Montessori? Son aquellos que han sido creados para optimizar y ayudar a su aprendizaje, respetando sus tiempos, sus ritmos y su evolución. No han sido creados, de por sí, para distraerlos… sino para que sean usados como método de aprendizaje y evolución en sí mismos. No tienen por qué ser necesariamente de marca, basta con saber qué necesita cada etapa de su vida para saber qué regalarles.
-De 0 a 6 meses: es cuando sus sentidos se están desarrollando y adaptando al nuevo mundo que les rodea. Así pues, es el momento de regalarle juguetes que los estimulen.
- Sonajeros para el sentido del oído, libros con texturas, juguetes de tela… cualquier cosa que le ayude a experimentar con sus sentidos y a descubrir el nuevo entorno en el que se han adentrado. También sirven los pijamas suaves, móviles para la cama…
-De 7 a 12 meses: cada vez interaccionan más con el mundo que les rodea. Así pues, es el momento de desarrollar su psicomotricidad fina y gruesa y de hacerles explorar.
- Pelotas, juegos musicales, libros… incluso cubertería adaptada a ellos, para que practiquen la pinza de los dedos y empeicen a ser capaces de valerse por sí mismos en su entorno.
-De 1 a 3 años, el cerebro requiere conocimientos nuevos. Así pues, es el momento de hacerles aprender, de regalarles cosas que les gusten, sean bonitas… y estimulen su cerebro a tope. Desde Alfurnia nos recuerdan la importancia que tiene fomentar el hábito de lectura desde la más tierna infancia, que es cuando pueden coger este hábito y mantenerlo en el tiempo.
- Libros, puzles, juegos de construir cosas (para fomentar su creatividad), cuadernos de dibujos y para colorear, combas, patinetes… Porque también ha llegado el momento de que nuestros niños empiecen a introducirse en deportes divertidos que les ayude a desarrollar su físico y a relacionarse con otras personas de su edad (que no sean hermanos o sus propios padres).
-De 3 a 5 años es cuando los niños se convierten en exploraciones nato. La curiosidad les invade y quieren saberlo todo. Es el momento de regalarle cosas que les ayuden a descubrir el mundo y tiempos pasados.
- Libros con imágenes (dinosaurios, países, animales…), puzles sencillos, juegos de mesa que desafíen su cerebro y su inteligencia… rotuladores, purpurina, arcillas. Recuerda que, aunque te toque limpiarlo después, esto ayudará a que tu niño aprenda y se estimule de mil formas distintas.
-De 6 a 8 años los niños tienen más autonomía. Ya saben qué deporte les gusta, si les gusta leer o tocar música, las muñecas de barbie o los camiones de bombero… Es cuando hay que empezar a unir gustos con utilidad.
- Pelotas o conjuntos deportivos para ese deporte que les gusta, cocinitas, muñecas… cualquier cosa que le mantenga activos. Bicicleta, patines, skates… Que no te dé miedo a que se hagan daño, los niños aprenden golpeándose.
La importancia está en la paciencia, los límites… y el aprendizaje
No regales cualquier cosa, regala cosas útiles… siempre y cuando el niño se lo haya merecido, y siempre que sea el tiempo para ello. Que vea un camión de juguete que le gusta en la tienda del súper no quiere decir que se lo tengas que comprar porque él lo quiera. Quiere decir que tendrá que esperar a que sea el momento adecuado para ello.
Por ti. Por él. Por su aprendizaje emocional… y tu propia estabilidad emocional.