Si tuviéramos que hacer un ránking acerca de las empresas que menos seguridad nos han transmitido en los últimos tiempos, está claro que el sector bancario coparía las primeras posiciones. Los bancos no gozan de una buena popularidad desde que empezara la crisis económica del año 2008 y, desde luego, es algo que se han ganado por «derecho propio». Los casos de fraudes, algunas cláusulas abusivas y la falta de financiación a pequeñas y medianas empresas ha hecho que mucha gente ponga el foco de su enfado en las entidades bancarias de nuestro país y también en las instituciones europeas y nacionales que las regulan.
Y es que hay diferencias sustanciales entre lo que prometen esas entidades bancarias en sus anuncios y campañas publicitarias («ven, que te ayudamos a levantar tu negocio» o «pide tu crédito sin compromiso») y entre lo que termina sucediendo de verdad (falta de apoyo a los pequeños emprendedores, como ya hemos dicho). Desde luego, no cabe la menor duda de que muchas entidades bancarias se han ganado a pulso que la gente esté, en general, hasta las narices de muchos de sus servicios. No es para menos, desde luego.
Fijaos en un ranking que fue publicado por por la página web EP Data, propiedad de la agencia de noticias Europa Press, acerca de las reclamaciones por sectores en el año 2018. El líder, en este sentido, es el sector de la Sanidad con más de un 25%. El de las telecomunicaciones, con algo menos del 20% del total de reclamaciones, ocupa la segunda posición mientras que la banca y los servicios financieros se suben al tercer escalón de este podio con algo más del 15%. Y es que son muchas las personas cabreadas con su banco y con los servicios que este ofrece.
Una noticia que fue publicada en la página web oficial de El Confidencial Digital aseguraba que las reclamaciones al Banco de España habían crecido en un 45’8% durante el 2020, un dato escalofriante y que pone de manifiesto que las entidades bancarias están sufriendo una crisis de confianza por parte de mucha gente. Y es que son muchas las personas que han sufrido una pérdida en lo que respecta a su calidad de vida por culpa de las decisiones y las estafas que se han venido produciendo en el seno de las entidades bancarias desde hace ya demasiados años.
En muchas ocasiones, nos hemos encontrado con la sensación de que hay mucha gente que se cree indefensa ante la actuación de los bancos y demás entidades financieras. Cabe recordar que muchas de esas entidades han estado acusadas en algún momento de cometer fraudes y que se cuentan por miles las personas que los han sufrido. Lo cierto es que la indefensión en este campo es algo que se puede combatir. Desde Bufete Albanés nos han comentado que son cada vez más las personas que han acudido a sus profesionales para intentar soliviantar algunos de los problemas que han venido padeciendo al respecto.
Cosas con las que no se juega
Si hay algo con lo que no se puede jugar en absoluto, eso es el dinero de la gente. Jugar con ello implica hacerlo con sus ilusiones, con su futuro, con la calidad de vida de sus hijos e hijas… y, por regla general, que alguien trate de hacernos algún mal en lo que tiene que ver con eso cabrea y mucho. Eso es lo que explica que haya crecido tanto el volumen de denuncias y reclamaciones ante todo tipo de bancos y demás entidades del sector.
Menos mal que existen instrumentos de defensa para que la gente tenga la oportunidad de paliar los efectos de este tipo de abusos. Esa defensa es uno de los servicios mejor valorados en la sociedad actual y el porqué está más que claro: es vital para que mucha gente tenga una vía de recuperar lo que es suyo y para que todo tipo de prácticas ilegales por parte de los bancos se extinga. De no ser por eso, muchas familias habrían entrado en un estado de ruina en los últimos años. No hubiesen podido pagarse una casa de la que les habrían desahuciado los propios bancos.
Confiamos en que, en los próximos años, encontremos la manera de terminar con las malas prácticas que se ejercen desde diferentes entidades financieras. En muchas ocasiones, los engaños y los fraudes suelen estar ocultos y el cliente no se entera del jardín en el que se está metiendo hasta que ya es demasiado tarde. Por eso, hay que dar luz sobre este tema y hacer que nuestro mundo sea, al menos, un poquito más seguro y también justo. Es algo que necesitamos para configurar una sociedad que respete a las personas que la habitan y que se encuentre alejada de peligros o engaños.