Las empresas constituyen uno de los grandes cimientos de la sociedad actual. Siempre lo han sido, sin duda. ¿Qué ha pasado cuando la situación económica no ha sido buena a nivel general y se han cerrado empresas? Que la gente se ha quedado en el paro y los ingresos se han reducido tanto a nivel empresarial como en el que se relaciona con las familias. ¿Y qué sucede si las empresas funcionan y generan dinero? Que hay empleo, hay consumo y, lo más importante de todo, hay felicidad. Es importante que pongamos en valor el trabajo de las empresas porque juegan un papel determinante en la economía nacional, regional y local.
En España, hemos tenido situaciones de todos los palos. Podemos recordar lo mal que lo pasamos durante la crisis económica más dura de los últimos 100 años, la que comenzó en 2007 y que dejó a más de 5 millones de personas en el paro. También hemos tenido momentos buenos, como la llegada de los años 2015 y 2016, en los cuales parecíamos haber recuperado toda la potencia económica de la que nos habíamos visto privados previamente. Y, justo después, tuvimos que enfrentarnos a una situación completamente nueva y desesperada como la del coronavirus, en la que el Gobierno Central tuvo que intervenir a través de los ERTE para evitar que mucha gente se quedara en el paro de manera inmediata.
Hay que tener en cuenta las necesidades de todas las empresas para que todas se sientan cuidadas tanto en los momentos más complicados como en los más halagüeños. Sin embargo, hay que tener en consideración que no es lo mismo que hablemos de empresas grandes que de pymes. Existe una falsa tendencia de pensamiento que indica que la gran cantidad de puestos de trabajo los generan las grandes empresas, pero lo cierto es que la mayoría de los puestos de empleo los proporcionan las empresas pequeñas, que son las que, a su vez, se encuentran más desprotegidas. Por eso, vamos a centrarnos en esta figura en los párrafos que siguen.
En una noticia publicada por el diario El País, en concreto en su sección Cinco Días, se hace un análisis relativo a cómo son las pymes en España. Lo primero que se reconoce es que, si no existiera este tipo de empresa, la economía mundial se derrumbaría por completo. Algunos de los datos que aparecen en la entradilla de la noticia también son muy interesantes y revelan que el 50% del PIB de todo el mundo lo generan las pymes y el 70% de todo el empleo también viene proporcionado por las pequeñas y medianas empresas. En España, los datos son todavía más favorables a las pymes, que generan el 65% del PIB y el 75% (3 de cada 4) de los puestos de trabajo que existen en el interior de nuestras fronteras.
Además, da la casualidad de que las pymes que hay en España son más pequeñas que medianas. Así nos lo hace saber una noticia que fue publicada por el diario El Mundo, que nos hace saber que solo el 0’7% de las pymes españolas supera los 50 empleados. Como se puede deducir de este dato, las empresas españolas mayoritariamente son pequeñas y, por ende, van a necesitar de toda la ayuda que sea posible para tratar de sacar adelante los diferentes proyectos que tengan entre manos y, de este modo, conseguir ser todo lo rentable que esperamos de ellas y mantener en nómina a todos y cada uno de sus integrantes.
Como es evidente, cuanto más pequeña es una empresa, más va a necesitar de los servicios que le pueda prestar otra entidad para salir adelante. Es bastante habitual encontrarse en España con pequeñas empresas que recurren a gestorías, asesorías o gabinetes de abogados para solventar sus diferentes obligaciones legales, laborales o fiscales. Ni que decir tiene que esas pequeñas entidades siguen este tipo de actuaciones porque no disponen de estos servicios de manera propia, algo a lo que sí pueden tener acceso las grandes compañías que cuentan con miles y miles de empleados y lideran todos los rankings de los diferentes sectores.
Las pymes españolas necesitan estar arropadas en diversos campos y uno de ellos es el que tiene que ver con la gestión en todas sus versiones. Tener un software que permita realizar este trabajo de una manera efectiva y que nos ayude en términos de contabilidad, fiscalidad o nóminas es importante y es algo por lo que cada vez apuestan más empresas en todos los puntos de la geografía española. Así nos lo han hecho saber desde Software de Gestión Pymes, entidad que se encarga precisamente de la provisión de estos servicios que ya muchas empresas pequeñas consideran elementales a lo largo de su día a día.
Una clara apuesta por la eficiencia y la eficacia
En España siempre hemos tenido el sambenito de que somos menos productivos que en el resto de Europa y que eso es lo que nos ha alejado de la máxima productividad que sí han demostrado países como Alemania, el Reino Unido o Francia a lo largo del último siglo. Pero es hora de irse quitando los complejos y empezar a equipararse con los países que nos rodean. Una de las mejores maneras de conseguirlo es apostando por todo lo que tiene que ver con la tecnología y la automatización de procesos, asuntos que proporcionan una mejora sustancial en la eficiencia y la eficacia y que van a hacer posible que todos los negocios tengan muchas más posibilidades de conseguir esos beneficios que necesitan para subsistir y también para crecer y desarrollarse.
Todo lo que esté formado por la tecnología más moderna va a proporcionar una cantidad considerable de avances en materia de eficacia y eficiencia. Eso es lo que explica que haya empresas de todos los sectores y tamaños interesadas en ir acumulando mejoras tecnológicas que les permitan ser mucho más competitivas en sus respectivos mercados y de ese modo ir creciendo y situándose a la vanguardia de su sector. Esto es sinónimo de tener una buena visión de negocio y debería ser algo habitual todas las empresas, si bien es cierto que, por mucho que nos duela reconocerlo, todavía no está compartido por todas ellas.
Es esa mejora tecnológica y una temprana apuesta por ella lo que va a determinar lo competitivo que puede llegar a ser un país o no en lo que respecta a su industria o a su sector empresarial. La verdad es que España no lo está haciendo mal en los últimos tiempos, pero seguimos diciendo que no hay que dar nada por sentado y debemos continuar mejorando. La tecnología es siempre la mejor aliada del ser humano y no cabe la menor duda de que debemos hacer todo cuanto esté en nuestra mano para poner todos los medios posibles de cara a mejorar el día a día en el seno de los negocios de cualquier actividad económica que se precie.
Las pequeñas empresas son las que más necesitan todo el apoyo que puede proporcionar la tecnología a día de hoy. Contar con un software para realizar tareas diarias y que tienen que ver con la gestión del negocio puede ser la diferencia entre tener éxito o no, así que es conveniente que todas las personas que se encuentran al mando de uno de estos negocios se pongan manos a la obra para tratar de disponer de las herramientas necesarias para sacar el mayor provecho a cada minuto de trabajo. Así es como se empieza a gestar el crecimiento de una organización y así es como se avanza hacia la rentabilidad y la obtención de beneficios.
Estamos convencidos de que esa apuesta por la tecnología, que ya hemos dicho que en España es bastante interesante, va a seguir creciendo en el interior de nuestras fronteras de una manera bastante poderosa. Es algo bastante lógico si tenemos en cuenta que es la tecnología lo que nos va a mantener a la vanguardia de nuestro sector o lo que nos puede conducir a ello si todavía no estamos en dicha vanguardia. Todos los líderes de las empresas españolas se están dando cuenta de la diferencia que existe entre disponer de la mejor tecnología y no tenerla a mano y saben que esa va a ser la clave para poder mantener la actividad que vienen desempeñando.
Es hora de que nuestro país dé un golpe encima de la mesa y demuestre que puede disponer de una de las mejores economías de toda la Unión Europea. Demostraríamos de este modo que los españoles y las españolas tenemos ganas de comernos el mundo y de demostrar que nuestras empresas también pueden estar al mismo nivel que las de aquellos países de economías que tradicionalmente se han interpretado como mejores que la nuestra. Creemos que estamos ante una oportunidad histórica y no debemos estar por la labor de desperdiciarla ni mucho menos. Para ello, la tecnología es la mejor de las aliadas.