Llega el momento más esperado ( al menos por mi ) , desde que tenía 18 años… el momento de emanciparme. Porque es cierto ( y no me lo podréis negar…) que cada vez nos vamos más tarde de casa, o bien porque se está muy a gusto con los padres, o bien porque con el tema que todos sabemos de cómo estamos en España nos es imposible encontrar algo, no muy caro para irnos a vivir, pero antes habiendo encontrado un trabajo que nos permita irnos de casa de nuestros padres, pagarnos un piso o un alquiler, y que aún nos quede dinero para poder comprar comida y de vez en cuando permitirnos algún lujo… Así que bueno después de conseguir ahorrar un poco de dinero y de encontrar un piso de alquiler bueno, he decidido dar el paso.
Aunque hay otra cosa que me ha ayudado a poder darlo, porque todos sabemos lo caro que nos suelen salir los muebles para tener nuestra casa a nuestro gusto y necesidad… bueno pues gracias a la tienda de Muebles Pepín situada en Almería, he podido adquirir muchos muebles a muy buen precio, de tal forma que pueda amueblar mi casa ( aunque sea alquilada me han dejado tirar muchos muebles y poner los míos puesto que los que ya estaban, eran bastante antiguos…), a mi gusto. El trato por parte del personal fue genial, y como vivo cerca de Almería, fui con mis padres y en una tarde casi compré muebles para apañar toda la casa. ¡Así da gusto!
ME EMANCIPO EN 3,2,1…
Lo que no os he dicho es que me emancipo con 31 años… y es que cada vez conozco a más gente que lo que está haciendo con esa edad ( o un poco más mayores) es en lugar de emanciparse, volver a casa. Es una pena… hay muchas personas que estamos deseando tener nuestra propia casa, nuestras normas ( o nuestra anarquía), sin nadie que nos diga que recojamos la habitación, que traigamos el pan, que limpie el baño… que si que lógicamente vamos a hacer lo mismo, pero a nuestro ritmo ¿no?. Pero vamos que tampoco es del todo malo vivir con papá y mamá y lo sabéis… en parte, aunque nos toque limpiar, ayudar en casa etc. Cuando llegas a la mesa a degustar el delicioso plato que nos ha preparado mamá ¿qué me decís? Mejor comida que la de nuestras propias madres no lo vamos a encontrar nunca por mucho que nos empeñemos. Y digo madres pero también padres vaya que hay muchas casa en las que cocinan los dos, o sólo el padre. Llamemoslo comida de casa. Como la comida de casa, ninguna. Cuando te sientas en la mesa y ves que te han hecho de comer uno de tus platos favoritos… se te olvida que hace un rato estabas enfadado refunfuñando porque te tocaba pasar la aspiradora…
Pero os voy a decir otra cosa… he aprovechado todo lo que he podido en mi casa, porque vi cómo mi hermano se iba muy pronto, y cómo se perdió un montón de cosas que hicimos en casa, todo por el hecho de querer emanciparse pronto y vivir sin reglas… y vi cómo nos echaba de menos, y nosotros a él claro. Pero quiero decir que viendo eso, quise aprovechar un poco más el tiempo con mis padres, porque habrá cosas que no vuelvan ya, cosas que echaré de menos, cosas que ya no tendré en mi casa… En todas las casas hay momentos únicos, no me digáis que no… yo por ejemplo siempre recuerdo el de que cada vez que nos llamaban a comer o a cenar tenían que pegar voces porque la casa de mis padres es un duplex, y me encanta el momento de ¡ya bajo!, y que te vuelvan a llamar porque no te oyen y tu más fuerte aún si cabe…¡que ya bajo!. Pues eso si que lo voy a echar de menos, mi casa no va a parecer la casa de los locos porque nadie me llamará a voces. Aunque en los últimos años con el whatsapp… ya nos avisaban con un mensaje, contestábamos antes que cuando nos llamaban a voces.