Así es el proceso de fabricación de un velero

La fabricación de un velero es un proceso que combina tecnología, ingeniería naval y un alto nivel de artesanía para garantizar una embarcación segura, resistente y eficiente en el agua. Desde la selección de los materiales hasta el ensamblaje final, cada etapa del proceso requiere precisión y atención a los detalles para crear un barco capaz de navegar con estabilidad y velocidad.

Todo comienza con el diseño, donde ingenieros navales y arquitectos especializados desarrollan los planos del velero. Utilizando software de modelado en 3D, se determinan aspectos clave como la forma del casco, la distribución del peso y la estructura del aparejo. En esta fase también se define el tipo de velero que se fabricará, ya sea para navegación recreativa, regatas o travesías oceánicas.

Una vez finalizado el diseño, se eligen los materiales de construcción. Tradicionalmente, los veleros se fabricaban en madera, pero hoy en día se emplean materiales más ligeros y resistentes, como fibra de vidrio, uno de los materiales más utilizados debido a su durabilidad, facilidad de mantenimiento y buen comportamiento en el agua. En algunos casos, los veleros de alta gama o de competición pueden incluir refuerzos de carbono para reducir el peso y mejorar la aerodinámica.

El proceso de fabricación del casco es una de las fases más importantes. Se inicia con la creación de un molde, que puede ser de metal o fibra de vidrio, y que servirá como base para darle forma a la estructura principal del velero. Sobre este molde se aplican capas de fibra de vidrio impregnadas con resina, que se endurecen mediante procesos de vacío y calor. Este método permite obtener una estructura rígida y resistente sin añadir peso innecesario. Y, en el caso de cascos de aluminio o acero, las placas metálicas se cortan con precisión y se sueldan siguiendo los planos del diseño.

Una vez que el casco está listo y se ha retirado del molde, se procede a la instalación del sistema estructural interno, que incluye refuerzos, mamparos y compartimentos de flotabilidad. Estos elementos garantizan que la embarcación sea estable y capaz de soportar las fuerzas del viento y el oleaje. Paralelamente, se instalan los depósitos de agua y combustible, si el velero incluye un motor auxiliar.

El siguiente paso es la construcción de la cubierta y el ensamblaje del aparejo, según nos detallan en Astilleros Mediterráneo, quienes nos apuntan que la cubierta se fabrica con materiales resistentes a la intemperie y puede incluir superficies antideslizantes para mejorar la seguridad a bordo. Se instalan los elementos estructurales, como el mástil, la botavara y los obenques, que forman parte del sistema de velas. Dependiendo del tipo de velero, el mástil puede ser de aluminio o carbono, materiales que ofrecen una gran resistencia sin añadir peso excesivo.

Una parte fundamental del proceso es la fabricación e instalación de las velas, que son el corazón de cualquier velero. Se confeccionan a partir de telas técnicas como Dacron, Kevlar o Mylar, diseñadas para soportar la tensión y las condiciones climáticas sin perder su forma. Cada vela se corta y se ensambla con precisión, considerando factores como la aerodinámica y la facilidad de maniobra.

El interior del velero también es clave para su funcionalidad y comodidad. En esta fase se instalan los compartimentos de descanso, la cocina, el baño y los espacios de almacenamiento. La distribución interior depende del tamaño del velero y del uso previsto, pudiendo incluir desde un diseño minimalista para embarcaciones de competición hasta lujosos acabados en madera para veleros de crucero.

Finalmente, el velero pasa por pruebas de calidad y seguridad antes de ser botado al agua. Se realizan pruebas de flotabilidad, resistencia y navegación para asegurarse de que cumple con los estándares exigidos. Una vez superadas estas pruebas, el velero está listo para surcar los mares y ofrecer una experiencia única a sus navegantes.

¿Cuánto cuesta un velero nuevo?

El precio de un velero nuevo varía considerablemente en función del tamaño, la marca, el equipamiento y las características específicas de cada embarcación. Por ejemplo, un velero nuevo de unos 10 metros puede costar entre 50.000 y 200.000 euros, mientras que modelos más grandes o de lujo, como los de 15 metros, pueden superar los 500.000 euros. En este sentido, para ilustrar con un ejemplo concreto, el Hanse 360, un velero moderno y fácil de manejar, tiene un precio base de 185.900 euros, sin incluir extras, impuestos ni transporte desde el astillero.

Es importante tener en cuenta que, además del precio de compra, la propiedad de un velero conlleva gastos adicionales significativos. Estos incluyen el amarre, cuyo coste anual puede variar entre 1.000 y 10.000 euros o más, dependiendo del puerto y el tamaño del barco; el seguro obligatorio, que suele costar entre 200 y 1.500 euros al año; y el mantenimiento, que abarca limpieza, revisiones mecánicas, cambio de piezas y pintura, con un gasto que puede oscilar entre 1.000 y 5.000 euros al año.

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