Si has estado alguna vez en un hotel de lujo, un hotel con los mejores servicios, la mejor localización, las habitaciones más cómodas, la arquitectura más hermosa y en una de las ciudades más cosmopolitas de Europa, sabrás de lo que te hablo, experiencia única incomparable.
Hace unas semanas viajé a Barcelona acompañada de mi amiga y compañera de clase para observar de cerca una de las obras maestras de la ciudad, la Sagrada Familia, estudiamos arquitectura, y la obra de Gaudí es sin duda inspiradora para todo artista que se precie. El caso es que los padres de mi compañera están separados y su padre vive en Barcelona, por lo que habíamos pensado alojarnos en su casa durante nuestra estancia, pero por motivos ajenos a su voluntad, éste no se encontraba en la ciudad y no había ninguna persona en Barcelona a la que le hubiera dejado las llaves del apartamento. Estaba claro que teníamos que haber avisado con tiempo, pero realmente pensamos que no tendríamos ningún problema ya que Albert, el padre de mi amiga, no es un hombre que viaje demasiado.
No nos quedaba más remedio que alquilar una habitación, y estábamos fatal de dinero, tendríamos que dejar Barcelona antes de lo que teníamos planeado. Pero afortunadamente, Albert nos sorprendió con una inesperada invitación, nos había pagado unas habitaciones en el hotel Mercer Barcelona, situado en un conjunto de edificios históricos que han sido artísticamente restaurados para conservar sus tesoros arquitectónicos, incorporando a su vez todas las comodidades y los elementos de última generación que envuelven al huésped en un absoluto confort. No podría haber estado más acertado en la elección del hotel, realmente es digno de estudio, una verdadera obra de arte arquitectónica.
Además de su maravillosa arquitectura, este hotel posee unas instalaciones excepcionales, un servicio de primera y las habitaciones más cómodas, todo pensado para que sus clientes vivan una experiencia única en un hotel histórico situado en una de las zonas más emblemáticas de la ciudad condal, el barrio Gótico.
Cómo debe ser una buena habitación de hotel
Hay muchos hoteles en todo el mundo, hoteles maravillosos que ofrecen los mejores servicios a unos precios más o menos competitivos, hoteles de película, hoteles lujosos y hoteles spá que invitan al descanso y a la recuperación. Pero de entre todos estos hoteles, existen algunos que sin duda destacan sobre el resto, no sólo por la innovación tecnológica, por la calidad del servicio o por la exclusividad de sus productos, sino que por lo que realmente sorprenden a sus invitados, es por la comodidad de sus habitaciones.
¿Cómo ha de ser la habitación perfecta?
La habitación ha de estar bien distribuida, permitiendo transitar libremente por el cuarto sin chocar continuamente con los distintos elementos que la constituyen.
Debe tener espacio suficiente para colocar los diferentes objetos que portamos, ropa, libros, bolsos, ordenadores, etc…
Una buena conexión, a día de hoy, es fundamental, de lo contrario, no dudes de que las críticas serán negativas.
Es absolutamente necesario que disponga de los enchufe suficientes para los diversos aparatos y dispositivos, ordenadores, móviles, táblets, etc…
Las ventanas, grandes y luminosas, que ofrezcan unas buenas vistas, harán de la habitación un auténtico espacio de bienestar, sobre todo si las vistas ofrecen un paisaje natural.
La limpieza es, evidentemente, totalmente necesaria, una habitación sucia es la peor publicidad que puede tener un hotel.
Artículos de higiene como jabón, gel y champú, son por norma general artículos habituales en las habitaciones de hotel, y si además ofrece otros pequeños detalles como crema, agua mineral, bombones, bolígrafos o revistas, la comodidad será definitiva.
Televisión con canales internacionales, ya que un buen hotel acogerá a clientes de todo el mundo.
Por último y aunque no suela comentarse, el olor de una habitación es un elemento esencial, que aporta una agradable sensación de confort y que difícilmente se olvida. Una habitación que huele mal es de las peores cosas que pueden ocurrir en un hotel. Por el contrario, una habitación con una buena fragancia favorecerá el descanso y la comodidad de los huéspedes.