¿Qué diferencia hay entre los servicios que ofrecen los taxis y los VTC?

Los servicios de transporte urbano han evolucionado notablemente en los últimos años, dando lugar a nuevas opciones para desplazarse por la ciudad. Entre ellas, los vehículos de transporte con conductor, conocidos como VTC, han ganado terreno gracias a su visibilidad en plataformas digitales. Sin embargo, pese a esta expansión, los taxis siguen siendo una pieza fundamental en la movilidad urbana, con una oferta de servicios que, en muchos aspectos, continúa siendo más sólida, versátil y fiable que la de los VTC.

La diferencia más evidente entre ambos servicios radica en su modelo de funcionamiento. Los taxis están regulados por una normativa municipal o autonómica que garantiza un control estricto sobre su actividad, desde las tarifas hasta la formación de los conductores. Esto proporciona al usuario una mayor seguridad y transparencia. Un cliente que sube a un taxi sabe que el precio de su trayecto estará regulado y no fluctuará según la demanda o la hora del día, como ocurre en muchas ocasiones con los VTC, cuyas tarifas pueden duplicarse en momentos de alta demanda sin previo aviso.

Además, los taxis están diseñados para ofrecer un servicio inmediato, debido a que se pueden parar directamente en la calle, sin necesidad de hacer una reserva previa, lo cual es especialmente útil en situaciones de urgencia, cuando no hay acceso a internet o cuando simplemente no se desea perder tiempo esperando. Esta inmediatez es una ventaja difícil de igualar por los VTC, que deben gestionarse a través de una aplicación y requieren disponibilidad previa del vehículo.

Además, los conductores de taxi, por su parte, suelen contar con una formación más completa y una experiencia más amplia en la conducción profesional. Para acceder a una licencia de taxi es necesario superar pruebas específicas y demostrar un conocimiento profundo de la ciudad, sus calles, rutas alternativas y normas de tráfico locales. Esto les permite ofrecer trayectos más eficientes, evitando atascos o rutas innecesarias. En contraste, muchos conductores de VTC dependen en gran medida de los navegadores GPS, lo que puede llevar a errores de ruta o retrasos en zonas con tráfico denso o en eventos con cortes de calles.

Otra diferencia notable está en el trato al cliente y en la vocación de servicio, ya que el taxi tradicional ha desarrollado una relación cercana con sus usuarios, especialmente en barrios y ciudades pequeñas, donde el trato personalizado y la confianza juegan un papel muy importante. Muchos usuarios valoran la amabilidad, la profesionalidad y la responsabilidad con la que actúan los taxistas, quienes, en la mayoría de los casos, han construido su reputación a lo largo de años de servicio. Frente a ello, los VTC suelen ofrecer una experiencia más estandarizada, donde el contacto con el conductor es mínimo y la relación se basa más en una transacción digital que en un vínculo de confianza.

También es importante destacar, tal y como nos apunta Taxi San Pedro, el papel social y económico que desempeña el taxi ya que se trata de un sector regulado que genera empleo estable, paga impuestos locales y cumple con obligaciones fiscales y laborales específicas. Esto repercute directamente en la economía del entorno, fomentando un tejido productivo legal y equilibrado. En cambio, muchas plataformas de VTC operan bajo modelos empresariales que externalizan la relación laboral y que, en ocasiones, escapan al control directo de las autoridades fiscales o laborales del lugar en el que prestan servicio. Además, el taxi puede operar exactamente igual que el VTC, como por ejemplo con este tipo de servicio de traslado desde San Pedro del Pinatar al aeropuerto Alicante que realiza el taxista consultado y que se puede contratar previamente a la visita.

¿Cómo se obtiene una licencia de taxi?

Obtener una licencia de taxi en España es un proceso regulado por los ayuntamientos y, en algunos casos, por las comunidades autónomas, por lo que los requisitos pueden variar ligeramente de una ciudad a otra. Sin embargo, existen una serie de pasos y condiciones comunes que toda persona debe cumplir para poder ejercer legalmente como taxista.

En primer lugar, se debe tener la nacionalidad española o de algún país miembro de la Unión Europea, o bien contar con un permiso de residencia y trabajo en vigor si se es extranjero extracomunitario. Además, el solicitante debe tener el permiso de conducir tipo B con al menos un año de antigüedad y, en muchas ciudades, se exige también el permiso BTP (aunque esta categoría fue eliminada como tal en 2016, algunos municipios siguen valorando su equivalente).

Otro requisito es carecer de antecedentes penales, especialmente por delitos relacionados con la seguridad vial o la atención al público. Se suele requerir un certificado médico que acredite que el aspirante está en condiciones físicas y psíquicas para desarrollar la actividad profesional.

Una vez cumplidos estos requisitos básicos, el aspirante debe superar un examen municipal que acredite sus conocimientos sobre la ciudad, normativas locales del taxi, atención al cliente y, en algunos casos, conocimientos básicos de idiomas. Este examen se convoca periódicamente y es obligatorio para obtener la habilitación profesional, conocida como la autorización o carné municipales de conductor de taxi.

La licencia propiamente dicha se puede conseguir de dos formas: adquiriéndola de un titular anterior o mediante concurso público convocado por el ayuntamiento. En muchas ciudades, las licencias están limitadas en número y no se conceden nuevas con frecuencia, por lo que lo más habitual es comprarlas a otro taxista que decida jubilarse o dejar la actividad. El precio de estas licencias en el mercado secundario puede variar mucho dependiendo de la ciudad y la demanda.

Una vez obtenida la licencia, el titular debe disponer de un vehículo homologado como taxi, que cumpla con los requisitos establecidos por la normativa local: colores y distintivos oficiales, taxímetro, rótulo luminoso, seguro específico, revisión técnica regular y, en algunos casos, condiciones de accesibilidad o eficiencia medioambiental.

Por último, es obligatorio darse de alta como autónomo, pagar las cuotas correspondientes a la Seguridad Social y declarar los ingresos según el régimen fiscal aplicable. En algunas ciudades, también se exige estar adscrito a una emisora de radio taxi o prestar servicio en turnos organizados por el ayuntamiento.

Comparte este post:

Recibe nuestras mejores recetas y consejos de expertos directamente en tu bandeja de entrada.

Únete a más de 10.000 suscriptores

Al enviar este formulario, acepta nuestra política de privacidad.

También le puede interesar

Lo mejor para un “gamer”

Supongo que a estas alturas todos los lectores conocerán el concepto de “gamer” o “jugón” pero para aquellos que aún no

Servicios de taxis

Ciertamente en España existen a día de hoy muchas aplicaciones que se encargan de encontrar un taxi por medio de cualquier

Scroll al inicio