Llega el verano y de su mano las vacaciones para muchos millones de españoles. Buena parte de ellos prefieren disfrutar de su tiempo libre fuera de nuestro país, visitando otras ciudades europeas o escapando a otros destinos más exóticos. Otra parte prefiere quedarse en España y conocer su tierra más en profundidad, disfrutando de las mejores ciudades que oferta nuestro país.
Una de esas ciudades es sin duda Sevilla. La capital de Andalucía es, a pesar de su calor, un destino más que recomendable para disfrutar del verano. ¿Los argumentos? La Catedral, la Plaza de España, la Giralda, la Torre del Oro, el Puente de Triana, el Real Alcázar… ¿Realmente se necesita algo más? La ciudad es extraordinaria y tiene una vida espectacular, ideal para cualquier época del año.
Mi mujer y yo todavía no conocíamos Sevilla un año después de habernos casado. Ese fue el motivo por el cual, aprovechando nuestro primer aniversario, decidimos emprender un viaje hasta la ciudad. Estábamos convencidos de que aquella sería una experiencia sumamente gratificante para nosotros y por tanto no queríamos esperar ni un solo año más para poner nuestros pies sobre Sevilla.
De lo que nos teníamos que encargar en primera instancia era de conseguir un alojamiento ideal para nuestro viaje. Necesitábamos informarnos a la perfección de cuáles eran todas nuestras posibilidades y por eso comenzamos a recabar datos acerca de los diferentes hoteles de la ciudad, una tarea que nos llevó un tiempo pero que terminó resultando sumamente clarificadora.
Después de ver la oferta hotelera de la ciudad lo teníamos claro: queríamos disponer del hotel más lujoso de Sevilla y este no era otro que Mercer Sevilla, un auténtico oasis de lujo situado en el centro histórico de la ciudad, justo al lado de la plaza de toros de la Maestranza y cerca también de la Plaza Nueva. Aquel hotel contaba con todo lo que deseábamos obtener más allá de las rutas por la ciudad: un restaurante de lujo, el FIZZ Bar (especializado en cócteles y snacks de lujo) y una azotea que aportaría la paz necesaria para nuestros momentos de relax.
No íbamos a pensarlo dos veces. Decidimos reservar una habitación en aquel hotel para un total de cinco días y a tal efecto nos pusimos en contacto con sus profesionales a través del número de teléfono que pudimos visualizar gracias a la página web oficial de la institución. Al informarnos de los precios nuestra sensación fue la de que, para tratarse de un lugar catalogado como ‘de lujo’, salía bastante económico hospedarse allí durante algunos días.
Una experiencia irrepetible
El momento de partir hacia la capital de Andalucía llegó y la verdad es que no hubo nada que nos decepcionara durante aquellos días. El hotel era fantástico y contaba con todas las facilidades que requieren unas grandes vacaciones. Nos gustó especialmente la azotea y su piscina. La tranquilidad que de ahí se desprendía era precisamente lo que nos hacía falta después de cada día de ruta por la ciudad. En general el trato que nos dispensaron fue exquisito. Estuvimos atendidos en todo momento y nos sentimos tremendamente relajados, como en casa. El servicio estaba bien definido al estar considerado de lujo.
Por lo demás, nuestro paso por la ciudad fue gratificante. En los cinco días que permanecimos allí pudimos visitar, por dentro y por fuera, todo lo que Sevilla puede ofrecer a sus habitantes y a sus visitantes. Para nosotros, el único remordimiento que nos causó visitar Sevilla es el hecho de no habérsenos pasado por la cabeza acudir antes. Se trata, sin duda, de uno de los mejores viajes que tanto mi mujer como yo hemos realizado en toda nuestra vida. Tanto es así que en el futuro no descartamos regresar. De hacerlo, ya sabemos dónde encontrar el hotel ideal.