Siempre he sido un amante de los automóviles antiguos, no de esos Rolls o Ferrari solo, también de los coches que veíamos hace 30, 40 o 50 años que parece que han desaparecido. Desde el mítico Seat 600 a coches de no hace tantos años como el típico Renault 18 o un Talbot Solara. Aprovechamos esa idea para ir coleccionando poco a poco en una campa un modelo de los últimos 50 años de nuestro país, una tarea colosal, pues además intentamos restaurarlos como Dios manda, aunque en algunos casos hemos tenido mucha suerte y sus propietarios ya de por sí los han cuidado magníficamente.